lunes, 19 de abril de 2010

Desde el país de Montag

Ray Bradbury, uno de los padres del género de ciencia ficción, escribió en 1953 la novela Farenheit 451. El título de la obra hace referencia a la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde y en ella Bradbury nos introduce al país de Guy Montag. Montag es un bombero que no se dedica a apagar incendios, si no a provocarlos. Los bomberos tienen la misión de quemar los libros en un lugar donde leer está prohibido. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar; porque impide ser feliz, y en el país de Montag se está obligado a ser feliz. La historia ha sido llevada al cine y ha inspirado varios trabajos entre los que se cuentan el documental Farenheit 9/11 del controvertido Michael Moore, quien por cierto recibió unas cuantas represalias por parte de Bradbury y el uso del nombre de su libro.
En mi caso tuve el primer acercamiento con la obra de Bradbury en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, mi ciudad natal, donde el escritor se presentó por video conferencia ya que Los Ángeles, lugar donde el escritor pasó gran parte de su infancia, era la ciudad invitada de honor. Paseando por los pasillos de ofertas en los libros de bolsillo y dispuesta a gastar los ingresos producto de mi primer sueldo en libros y sueños me encontré con Farenheit 451. Decidida a no abandonar el recinto hasta tener por lo menos una obra de algún autor angelino me decanté por la antes mencionada.
Vaya sorpresa, la obra me atrapó de principio a fin y el impacto de esta fue mayor del que pude haber imaginado. Me hizo cuestionarme tantas cosas que una maraña de ideas y emociones se empezaron a agolpar en mi mente. Comencé a preguntarme si no estaríamos viviendo ya en un país como el del bombero Montag, un lugar donde la información llega a cuenta gotas, donde la gente lee cada vez menos y donde las ideas, o por lo menos las frescas y renovadoras, son cada vez más escasas.
Alguna vez escuché una frase que decía algo así: quien no lee carece de lenguaje, y quien carece de palabras carece de ideas pues no tiene como expresarlas ni formularlas. Una persona que no lee es presa fácil de la manipulación, pues no tiene recursos para contrarrestar, comparar, evaluar o elegir lo que quiere o no para sí misma.
Hoy, como un homenaje a la obra de Bradbury y buscando ser un empuje para la cultura literaria desde esta humilde trinchera declaro formalmente inaugurado este blog. Un espacio desde el que buscaré que tú, lector, te enamores de los libros tanto como yo, o que los odies si quieres una vez que ya les hayas dado una buena leída. Pero que leamos, porque este país necesita lectores, hombres y mujeres generadores de opinión y discusión, que sean capaces de sentir y de movilizarse, que no dejen que la palabra escrita quede consumida a nada. Desde aquí compartiré reseñas, recetas, crítica y, por qué no, uno que otro pensamiento que atorado en la garganta necesite compartir contigo. Hoy te doy la más cordial bienvenido al País de Montag.

3 comentarios:

CENTRO PEDIATRICO dijo...

Antes que nada,una felicitacion porque cada dia vemos a los jovenes menos inmersos en estos medios extraordinarios de aprendizaje y de cultura.

Joel Gutiérrez dijo...

Felicidades y bienvenida. Me gusta el título de tu blog, ¿Por qué no publicar con mayor frecuencia? La disciplina pule la habilidad de escribir y... dicen que ayuda en no sé cuántas cosas más.

Saludos y un fuerte abrazo.

JP dijo...

Hola fea, terminé hace unos días lo de Montag, buen libro, excelente dibujo literario sobre la imaginación futura o muy presente, desde el hoy claro jeje....Lo primero, gracias por la recomendación y préstamo, te lo devuelvo pronto!

¿Qué me gusto del libro? Creo que el merito es la ciencia ficción / muy realista que hace el autor. Es realmente bueno el ejercicio sobre visualizar el mundo de esa forma, el sin sentido por todos lados, las relaciones inter-personales absolutamente vacías, las continuas repeticiones mentales sobre tonadas musicales de la publicidad...nada más desechable que lo que nos rodea a simple vista.

También me gusto mucho esa beta de esperanza que aparece en la conciencia de Montag, pareciese ser que hay nuevamente con esto otra aproximación certera desde la “ciencia ficción” del escritor jajaja. A estas alturas ya no se por qué el libro está en ese género. Esa verdad irrenunciable que aparece dentro de cada uno y que por suerte, o lamentablemente según sea cada caso, es algo irrenunciable para la conciencia. Es como algo que se te mete en el alma y no lo puedes sacar, te acompaña a todos lados, y si te haces el idiota, la cosa se pone más espesa e innegable. Algo así como el amor que te tengo corazón (golazo).

Ahora bien, hay algo en el libro que no me gusto que no he podido definirlo bien…..he escrito y borrado la cosa muchas veces y en cada envión que hago el libro me tapa la boca, cosa que me parece genial, pero igual ya me empieza a incomodar, y por lo mismo mejor te lo platico y haber si haces de partera de las almas….

Besos mi amor y gracias por el libro!
JP