miércoles, 21 de abril de 2010

La guía para ser feliz


Y es que en el fondo no es tan difícil. Gracias a un
muy buen amigo por compartir esto con nosotros.

lunes, 19 de abril de 2010

Desde el país de Montag

Ray Bradbury, uno de los padres del género de ciencia ficción, escribió en 1953 la novela Farenheit 451. El título de la obra hace referencia a la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde y en ella Bradbury nos introduce al país de Guy Montag. Montag es un bombero que no se dedica a apagar incendios, si no a provocarlos. Los bomberos tienen la misión de quemar los libros en un lugar donde leer está prohibido. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar; porque impide ser feliz, y en el país de Montag se está obligado a ser feliz. La historia ha sido llevada al cine y ha inspirado varios trabajos entre los que se cuentan el documental Farenheit 9/11 del controvertido Michael Moore, quien por cierto recibió unas cuantas represalias por parte de Bradbury y el uso del nombre de su libro.
En mi caso tuve el primer acercamiento con la obra de Bradbury en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara, mi ciudad natal, donde el escritor se presentó por video conferencia ya que Los Ángeles, lugar donde el escritor pasó gran parte de su infancia, era la ciudad invitada de honor. Paseando por los pasillos de ofertas en los libros de bolsillo y dispuesta a gastar los ingresos producto de mi primer sueldo en libros y sueños me encontré con Farenheit 451. Decidida a no abandonar el recinto hasta tener por lo menos una obra de algún autor angelino me decanté por la antes mencionada.
Vaya sorpresa, la obra me atrapó de principio a fin y el impacto de esta fue mayor del que pude haber imaginado. Me hizo cuestionarme tantas cosas que una maraña de ideas y emociones se empezaron a agolpar en mi mente. Comencé a preguntarme si no estaríamos viviendo ya en un país como el del bombero Montag, un lugar donde la información llega a cuenta gotas, donde la gente lee cada vez menos y donde las ideas, o por lo menos las frescas y renovadoras, son cada vez más escasas.
Alguna vez escuché una frase que decía algo así: quien no lee carece de lenguaje, y quien carece de palabras carece de ideas pues no tiene como expresarlas ni formularlas. Una persona que no lee es presa fácil de la manipulación, pues no tiene recursos para contrarrestar, comparar, evaluar o elegir lo que quiere o no para sí misma.
Hoy, como un homenaje a la obra de Bradbury y buscando ser un empuje para la cultura literaria desde esta humilde trinchera declaro formalmente inaugurado este blog. Un espacio desde el que buscaré que tú, lector, te enamores de los libros tanto como yo, o que los odies si quieres una vez que ya les hayas dado una buena leída. Pero que leamos, porque este país necesita lectores, hombres y mujeres generadores de opinión y discusión, que sean capaces de sentir y de movilizarse, que no dejen que la palabra escrita quede consumida a nada. Desde aquí compartiré reseñas, recetas, crítica y, por qué no, uno que otro pensamiento que atorado en la garganta necesite compartir contigo. Hoy te doy la más cordial bienvenido al País de Montag.